La paradoja de la vacunación y el alza de contagios

Primero lo positivo. Chile lidera las estadísticas de vacunación en el mundo. En solo 2 meses desde que se inició la vacunación se han inoculado más de 10 millones de personas, de las cuales más de 3,8 millones ya fueron vacunadas con la segunda dosis, lo que equivale al 25% de la población mínima para alcanzar la tan anhelada inmunidad de rebaño. Eso demuestra que tanto el gobierno como los ciudadanos entendieron la importancia del programa de vacunación contra el Covid–19, el primero gestionando de manera eficiente los recursos y los tiempos para iniciar el proceso, y los segundos asistiendo masivamente, según los lineamientos del plan nacional, a los cientos de locales habilitados para la administración de las dosis, las que son gratuitas, tanto en recintos públicos como privados.

Lamentablemente, las buenas noticias terminan ahí. Los nuevos contagios de coronavirus han aumentado en este mismo plazo de 2 meses desde los 2.500 diarios a comienzos de febrero a los 8.000 el día de ayer, superando incluso los números más oscuros de la pandemia, por allá en el “lejano” junio de 2020. El gobierno se ha visto obligado, por las circunstancias, a establecer mayores controles de movilidad, declarando en cuarentena a más del 90% de la población del país. Sin embargo estas decisiones, que fueron advertidas por los diversos organismos que asesoran o acompañan al Ministerio de Salud en la pandemia, solo se decidieron cuando su efecto práctico nos obliga a estar al menos 2 semanas con un sistema de salud ya no al borde del colapso, sino que ya sobrepasado. Esta semana se anunciaba en las noticias que el Hospital Van Buren de Valparaíso ya no tiene espacio para almacenar cuerpos de fallecidos por COVID – 19 y que fue necesario almacenarlos en unidades externas pues el espacio destinado a ello en el recinto, ya fue superado.

Mientras el Gobierno se auto felicitaba por la gestión de las vacunas,  medios internacionales destacaban la paradoja de Chile: una altísimo número de vacunados y con gran rapidez y un altísimo número de contagiados nuevos. Números que, en un mundo globalizado, donde la información viaja a la velocidad de la fibra óptica, nuestro país se convierte en el ejemplo de lo que no hay que hacer en cuanto a alivianar las restricciones. Así los señaló la Primera Ministra de Escocia. El Ministro de Salud responde molesto cuando le preguntan sobre ello, reaccionado contra los artículos internacionales, diciendo directamente que es mentira.

En eso, llegamos al fin de semana Santo. Días de asueto para muchos chilenos que, en circunstancias normales, habrían aprovechado de descansar en lugares alejados de aquellos donde viven. ¿Circunstancias normales dije? El viernes se informaba del colapso de la ruta 5 sur a la altura de Paine, en la Región Metropolitana, pues la salida de más de 11.000 vehículos por dicha vía “obligó” a Carabineros a levantar el cordón sanitario, por la cercanía del toque de queda.

Se hizo viral un tipo que venía llegando desde Brasil con su familia, quien reaccionado molesto ante la pregunta de un periodista, señala que el gobierno los envía a una residencia sanitaria y “menos mal que no nos cobraron la residencia, porque uno viene llegando de un viaje de placer” y eso cambiaba sus planes.

Al final, pareciera que las frases de octubre de 2019, de mayor solidaridad, solo se quedaron en eso, palabras vacías de contenido. ¿Todos cuentan con permisos esenciales para salir por labores de trabajo? ¿De verdad no es posible pensar en el bienestar colectivo, y dejar de velar en favor de los intereses propios? ¿No es posible pensar en esos miles de trabajadores de la salud, o de actividades anexas (las personas que trabajan en el aseo de los hospitales merecen nuestra máxima admiración, al igual que los trabajadores de la salud), que hoy están haciendo triple turno, porque al igual que los demás, muchos de sus colegas están estresados o enfermos físicamente, pero el sistema de salud no puede hacer cuarentena?

Por último, si no va a pensar en los demás, piense en usted. Si se enferma hoy, es posible que en 2 semanas no haya respiradores para salvarlo. Con el colapso de los hospitales, estamos muy cerca del dilema de la última cama. Si quiere ser egoísta, séalo para cuidarse, no para su disfrute personal. Recuerde que su decisión nos afecta a todos.

Pablo Amorrortu, abogado.